Calçots y calçotadas en Cataluña
Durante los meses de invierno tenemos la tradición gastronómica de hacer Calçotadas.
Consiste en reunirse con familiares o amigos al aire libre y preparar los calçots, una hortaliza derivada de las cebollas tiernas originaria del interior de Cataluña.
Llevan un gran contenido de minerales y vitaminas. A parte se le atribuyen propiedades tonificantes, diuréticas, digestivas y afrodisíacas.
Se preparan en parrillas hasta que estén totalmente negros en su parte externa, entonces se retiran y se envuelven en papel de periódico para que se acaben de cocer y mantengan el calor. Después en el momento de comer, se sirven sobre una teja, bien calientes.
Se acompañan con una salsa típica llamada salvitxada, similar a la salsa romesco. Suele llevar ñora, tomates maduros, ajos, aceite de oliva, almendras, pan duro y perejil.
Para comerlos se puede usar babero y guantes para no ensuciarse tanto. Se agarra el calçot con la mano por la parte de sus hojas y con la otra mano se retira la piel quemada quedando al descubierto su interior tierno. Esa parte se mezcla con la salsa y se eleva a lo alto para comerlo y saborearlo.
No parece muy apetecible contado así, pero cuando se prueba, se entiende por qué nos gusta tanto aquí está tradición.
Si después de tantos calçots aún hay hambre, se suele completar con un segundo plato de carnes y butifarras típicas.
¡Y no olvidéis el porrón de vino!
¡Buen provecho!